Hoy os enseñamos uno de Phill Bosmans, un sacerdote belga, extraido de su libro Juntos hasta el cielo.
Dice así:
“Dejad que arda una vela el día de vuestra boda, es un símbolo que alumbra y acompaña. Después de pasados algunos años debe recordaros lo que hoy os habéis prometido. La vela del día de vuestra boda os susurra al oído:
Lo he visto. Mi llama estaba presente cuando os cogisteis las manos y regalasteis vuestro corazón. Soy algo más que una simple vela. Soy un testigo mudo en la casa de vuestro amor y continuaré viviendo en vuestro hogar. En los días en que brille el sol, cuando sintáis una gran alegría, cuando una bella estrella brille en el horizonte de vuestras vidas no necesitaréis encenderme.
Encendedme cuando anochezca, cuando irrumpa en vosotros una tormenta. Encendedme cuando haya que dar el primer paso y no sepáis cómo; cuando sea necesaria una explicación y no encontréis las palabras; cuando queráis abrazaros y los brazos estén paralizados, encendedme.
Mi luz será para vosotros un signo claro. Habla su propia idioma, el idioma que todos entendemos. Soy la vela del día de vuestra boda. Dejadme arder mientras sea necesario, hasta que los dos unidos mejilla con mejilla, podáis apagarme. Entonces os diré agradecida: Hasta la próxima vez”.
Texto extraido del blog Soria de boda
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